lunes, 8 de mayo de 2017

Ser mayor

Un día desperté y mi sueño de niña de ser mayor se había hecho realidad. 

Quería tener 25 y quedarme ahí para siempre. Creía que era la edad perfecta porque tendría edad suficiente para tomar mis propias decisiones, hacer lo que quisiera y ser aun joven. 

Hoy estoy cada vez más cerca de los 30, me di cuenta que el tiempo no se detiene y sigue corriendo rápido sin consideraciones. Ahora quisiera volver a ser niña, disfrutar de jugar, ir a la escuela, entrenar taekwondo, hacer teatro, cantar, demorarme libros enteros y escribir como hacía antes, tener tiempo para todo, que el tiempo corriera lento. 

No me puedo quejar, fui niña cuando debía ser niña, viví cada etapa como debía, disfruté cada momento. Pero ahora que estoy entrando a una nueva etapa como adulto no puedo dejar de recordar todo eso con nostalgia. Escenas vagas vienen a mi mente como flashazos instantáneos de mis películas favoritas. 

Recuerdo todo lo bueno y lo malo, pero todo lo recuerdo con cariño porque es lo que me ha formado, sinceramente estoy orgullosa de la mujer en quien me he convertido. 
Esos días en el cuarto de ensayo con mi papá cantando el pato patito, bailando sobre la cama con mi tía kikis, platicando horas enteras con mi mamá, viendo series y películas de cosas sobrenaturales. Los veranos en León con mis abuelos, los viajes a la playa, la comida y las meriendas de mi abuelita Rosalba. Los juegos de mesa, las travesuras con mis hermanas, Camila (te extraño Camila), las idas al cine en familia, las comidas en Saltillo, las visitas a los abuelos, las Navidades en grande. Los cumpleaños, las piñatas, las noches del grito en la plaza, mis grabaciones de locución con la grabadora de mi hermanita, mis cassettes con mis canciones favoritas, el coro de la iglesia y de la escuela, las clases de Taekwondo y teatro, los amigos, las fiestas. Las peleas por los permisos, el primer beso, el primer amor, la depresión de pubertad, los cambios fisiológicos y psicológicos. Los diarios, los cuentos, los poemas, los libros. Pasaba horas y horas enteras leyendo y escribiendo, sino iba a ser periodista iba a ser escritora, seguro que sí. 

Mis prioridades y visión del futuro fueron cambiando, pero mis sueños no. Soñaba con ser cantante, actriz, escritora, deportista profesional. Aun sueño con todo eso… 

Nunca pensé cómo sería estar con alguien en mi adultez, cómo sería la persona con la que estaría ni cómo viviría. Aunque siempre fui muy enamorada, pensaba que nunca encontraría a esa persona ideal para mí, alguien que me quisiera tal cual soy, con quien no tuviera miedo de mostrarme en mi estado natural, que amara tanto mis defectos como mis virtudes, que amara lo que hay dentro de mí y no solo lo que se ve afuera. 

Muy joven viví muchas experiencias amorosas, experiencias que me fueron llevando a aprender y madurar en ese aspecto, a valorarme más y valorar a los demás, aprender de mis errores y mejorar. 

Hace tres años llegué a ese punto donde estaba lista, lista para recibir al amor de mi vida. Hoy estamos juntos y emprenderemos un nuevo viaje, un nuevo camino de la mano. 

Me siento feliz, me siento completa, estoy lista para lo que viene, me emociona seguir viviendo, aprendiendo, creciendo y madurando ahora con él. 

Gracias a mis padres que me ayudaron a llevarme por el buen camino, que me acompañaron en el viaje de la niñez, la pubertad, adolescencia y juventud. Gracias por seguir aquí apoyándome en cada decisión y cada camino que tomo. 


Formo parte de una hermosa familia y ahora formaré la mía.<3 nbsp="" p="">

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