jueves, 21 de noviembre de 2013

LA DROGA QUE TODOS CONSUMEN



Desde que nacemos nos enseñaron a comer, gatear, luego caminar, hablar, actuar. Nos educan de manera diferente pero siempre hay un común denominador, un patrón a seguir para sobrevivir. 

Nos enseñan a vivir en sociedad y para eso nos implantaron reglas. Pero el hombre ha hecho estas reglas según sus intereses, por lo que no todo parece ser lo ideal. El problema es que como así nos criaron y nos enseñaron que así debíamos ser, así debíamos comportarnos, no nos detenemos a analizar nuestra forma de vida ni nuestra forma de pensar y actuar, si es realmente la correcta. Pues sólo conocemos lo que nos enseñaron desde el nacimiento, sólo sabemos que si nos salimos del sistema estamos mal. Pero, ¿estamos realmente mal?

Si lees más allá de las lecturas que te dan, que te permiten, descubrirás un mundo diferente, donde hallarás otras verdades. Si ves más allá de la televisión que te transmiten, de la local que te difunden, descubrirás que existen otras culturas, pensamientos e ideologías diferentes de las cuales puede uno aprender. Si ves más allá de las limitaciones de la sociedad y las religiones, abrirás los ojos, y entonces tendrás conciencia propia, entonces ya no estarás tan de acuerdo con el sistema. Y los demás borregos creerán que estás mal, aquellos zombis te creerán loco, te mandarán a la horca. 

La peor droga es la que nos implantan cuando nacemos, sin que nos enteremos de ello. Cuando aún no tenemos conciencia, aprovechan para moldearnos a su manera y enseñarnos a vivir dentro de un sistema regido por los intereses del hombre. 

Y no puedes desintoxicarte de esta droga porque no sabes que la consumes. Crees que es normal pues está en tu sistema neurológico desde el primer día, creces con ella, vives con ella. Crees que sin ella no podrías vivir. 

Esa droga está ahí, en todas partes, en todos, y nadie se da cuenta. Pero algunos ya la descubrieron, y se están desintoxicando, ya están desintoxicando a otros. 

Todo está en que te permitas abrir los ojos... sólo TÚ tienes el poder. 

lunes, 21 de octubre de 2013

Donde se da el principio




En el silencio del vacío, en la oscuridad de un agujero negro, 
se va formando el primer ser de un lugar que no existe. 
Una reina oscura, una reina blanca, una reina sin nombre.

Esta reina no es buena ni mala, 
pues en su entorno no hay nada.

No podemos ver su rostro ni su cuerpo. 
No podemos saber si en ella la belleza predomina, 
si pudiera pasar desapercibida, 
o de fealdad fuera concebida. 

En su reino no hay castillo, techo o pared,
no los necesita, pues el mundo está a su merced. 
Pero este mundo está vacío, no hay a quien reinar.
Piensa entonces otra vida crear. 

Sentada ahí en el vacío, entre penumbras pensaba,
mientras un pequeño zumbido a su oído molestaba.
Creyó que su mente lo hacía, 
más cuenta se dio que del exterior provenía. 

-¿Qué es? Sólo yo existo aquí-, o al menos eso creía. 
Como todo era oscuro, sabía que jamás lo vería. 

El zumbido se fue haciendo cada vez más intenso,
hasta que de pronto un estallido iluminó su universo. 
Algo llegó con aquella explosión que la reina ya podía ver,
una gama de colores comenzaban a emerger.
Cuando los vio, se dio cuenta que al fin tendría a quien reinar,
aquél agujero negro que antes no existía, 
ahora estaba por comenzar. 

La reina no volverá a estar sola. 

sábado, 28 de septiembre de 2013

Día del tiempo

Nos han tratado de crear conciencia mil veces sobre el tiempo. Incluso hay una película que claramente nos habla de lo valioso que es. Que si nos pagaran con tiempo de vida en lugar de dinero, lo valoraríamos más.

¡Y es verdad! Olvidamos que cada segundo que pasa no lo vamos a recuperar. Se perdió, se fue para siempre. ¡Piénsalo! Has invertido, o malgastado tu tiempo.

Es por eso que cada año celebramos el día del tiempo. Pues ya que día a día lo olvidamos, tenemos así un día para recordar, pensar, reflexionar y valorar. Qué hicimos en ese año que ya pasó. Si vamos bien en el camino que decidimos tomar, o si debemos crear uno nuevo, dar la vuelta e irnos por otro.

En este día se te pide despertar temprano, (el tiempo, recordemos, es clave importante en este día) para reflexionar primero haciéndote preguntas como: ¿Qué planes de vida tengo? ¿Ya comencé a hacer lo que debo para realizar mis metas, mis sueños? ¿Cuáles son mis prioridades? ¿En qué invertí mi tiempo el año pasado? ¿En qué lo malgasté? ¿Estoy siendo feliz haciendo lo que hago? ¿Qué es lo que deseo continuar haciendo este año? Y ¿Qué debo dejar?

Entonces, habiendo hecho esta reflexión, te dispones a vivir un día al máximo. A aprovechar cada minuto como si fuera el último. Tú decides qué deseas hacer. Tal vez sea el día para tomar decisiones grandes, o para hacer cosas pequeñas. Tal vez ese día quieras ver a alguien, ir a algún lugar en especial, hacer algo que siempre has querido hacer y no te has dado el tiempo de hacerlo. ¡Este es el día!

En este día suele haber muchas renuncias en los trabajos, incluso despidos. Familias que se unen, otras que se separan; parejas que rompen, pero muchas otras relaciones que nacen. Unos deciden quedarse, otros deciden irse. Algunos comienzan proyectos nuevos, otros deciden cerrar ciclos.

Hay gente que lo toma como el día de la verdad. Pues se arman de valor para decir lo que nunca han podido. A sus padres, hermanos, hijos, novios, esposos, compañeros de trabajo, jefes. Ese día pueden desahogarse y al fin respirar.

Para muchos es el día más feliz, para otros no, nunca sabes qué pasará. Tal vez alguien llegue dándote una mala noticia, o todo lo contrario. Todo está en la reflexión que hayas hecho al inicio del día, esa es la clave. Así estarás preparado para lo que venga y sabrás que pase lo que pase, será un nuevo punto de partida para tomar decisiones y caminos.

A diferencia de los días religiosos que no todos celebran, el día del tiempo es la oportunidad para que un día al año, podamos todos reformar nuestra vida, darnos la oportunidad de hacer las cosas bien, de un nuevo comienzo.




Día de la primera lunalización



La Federación Galáctica anunció a los terrícolas que si no arreglaban su mundo, tendrían que destruirlo, ya que no lograba ser compatible con el resto de los planetas en la Galaxia. Era el planeta Tierra el único que no contaba con un representante en la Federación, pues estaban muy atrasados en su espiritualidad y conciencia, aún no podían entender ni su propia existencia.

Finalmente se llegó el día y sólo unos pocos lograron explotar su potencial; desarrollando habilidades psíquicas, una conciencia mayor, y un entorno donde la armonía y el amor predomina.

La Tierra fue destruida, y al estar preparados para vivir en este nuevo entorno, nuestros ancestros fueron salvados por aquella enrome nave de seres lunares.

Viajaron a la velocidad de la luz, rompieron las barreras del tiempo y espacio, de todo lo conocido por el hombre.

Aquí nada es como se conocía en la Tierra. Aquí existen unos gatos gigantes que son muy venerados, pues son las almas más viejas del conocimiento universal, y los guardianes de la Luna. Han estado y estarán aquí por toda la eternidad.

En lo profundo de sus ojos puedes ver las diferentes galaxias que hay, pero llevan siempre puestos unos enormes lentes oscuros, que en realidad son agujeros negros; y si estás capacitado, te dejarán viajar a través de ellos.

Las nuevas generaciones, quienes somos ahora mestizos, desde que nacemos tenemos capacidades que sólo los ancestros de la Tierra, con mucho esfuerzo y dedicación lograron desarrollar. Podemos pasar fácilmente de una dimensión a otra cuando lo deseamos, somos eternos, el tiempo es infinito.

Nuestras almas viajan a cualquier lugar; podemos decidir cuando dejar el cuerpo y ser simplemente conciencia pura. Para nosotros nada es complicado y mucho menos imposible.

Sin embargo, nosotros no conocímos a la gente de la Tierra que pereció, no entendemos cómo pudieron ser tan inconcientes, retrasados y malvados. Realmente no es creíble que nuestros ancestros hayan provenido de un lugar así.

Por eso cada año celebran el día en que llegaron a la Luna y nos cuentan esta historia, para recordarnos de dónde venimos, contarnos cómo fue la Tierra y la gente que vivió ahí; tanto lo bueno como lo malo que existió en ese lugar. Y de cómo su evolución, los llevó a la salvación, creando así esta nueva lunalización.




martes, 17 de septiembre de 2013

Feliz cumpleaños a mí

Quién eres para decirme que debo madurar, si tú a tu edad no puedes aún tomar decisiones, sentar cabeza y portarte como el adulto que ya eres.

Yo aún tengo mucho por vivir, aprender, experimentar, entender. Cosas por descubrir, lugares por conocer. Aún me falta encontrarme a mí misma, saber qué quiero, a dónde voy.


Era la una de la madrugada. Ya me habían felicitado todos en casa, ahora era tiempo de irse a dormir, hay que levantarse temprano e ir a trabajar. Pero mi cabeza me daba vueltas mientras intentaba conciliar el sueño. Me sentía muy rara, pensaba tantas cosas...

Qué difícil es cumplir años de nuevo. No me deprime ni entristece hacerme un año más vieja. Al contrario. Agradezco el tener la oportunidad de vivir un año más, de tener la oportunidad de intentarlo de nuevo, de arreglar las cosas, de mejorar, de hacer algo, de ser alguien.

Pero en realidad lo que me deprime en cierto modo es, pensar en que ya no soy una niña, en que cumplir años ya no es hacer fiesta, pastel, las mañanitas, que te visiten tu familia y amigos y a divertirse sin pensar más. Ahora el cumpleaños es un momento para sentarte a reflexionar que has hecho de tu vida, en qué has gastado este tiempo, si lo has invertido bien, si estás logrando algo. Qué piensas hacer con el tiempo que se te regala ahora y cuánto más deseas obtener, para hacer qué con él.

Me convertí en adulto repentinamente. Un día amanecí y ya me había graduado de la Universidad, ya trabajaba tiempo completo, tenía tarjetas de crédito, un auto que pagar y algunos otros servicios. Ya no había más, tenía que hacerme cargo de mí misma. De pronto las responsabilidades se hicieron más grandes y mi vida personal ya no fue tan sencilla.

Comencé a pensar en que debo planear bien qué es lo que quiero de mi vida. El tiempo se me viene encima. Ya no hay tiempo para pensar qué quiero ser y qué quiero hacer. Se me va la vida y aún no lo sé.

Ya no es tan fácil tener una pareja, y decir vamos a ser novios. Ya no puedo jugar así. El día que decida estar con alguien es en serio y esperando formar un plan de vida a futuro juntos, no sólo para pasar el rato.

Ya no es tan fácil dejar un trabajo o cambiar a cada rato. Debes decidir dónde quieres estar y qué quieres aprender y hacia dónde va tu camino para saber si estás o no en el lugar adecuado.

Ya no tienes tantos amigos. Descubres quienes son los verdaderos, los que están ahí siempre incondicionalmente. Los que perdonan una y otra vez, los que piden perdón. Los que te apoyan en los momentos más difíciles. No sólo en los momentos alegres.

Tienes que ser fuerte ante las adversidades. Te das cuenta que cada vez estás más solo. No porque no tengas a tu familia y seres queridos que siempre te apoyan, simplemente ya tienes que volar. Hacer las cosas por tu propia cuenta, meterte en problemas y asumir las consecuencias. Resolver las cosas por ti mismo.

Y de pronto me pongo a pensar. ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Qué es lo que quiero? ¿Cuándo lo sabré?

¿Alguna vez lograré enamorarme y ser correspondida de la misma manera? ¿Encontraré algún día a esa persona con la que podré pasar el resto de mi vida? ¿O seré feliz sola? ¿Lograré cumplir mis sueños y metas? ¿Son acaso las que tengo las correctas? ¿Descubriré cuál es mi misión en esta vida?

Inevitablemente comencé a llorar, luego a los segundos me detuve, miré la pared fijamente, puse mi mente en blanco, cerré los ojos, me relajé y me dormí.

Feliz cumpleaños a mí.





lunes, 9 de septiembre de 2013

El poder de los medios

Odio el mundo asqueroso de los medios, al estudiar la carrera de periodismo logré darme cuenta de lo que de verdad sucede adentro, y del poder que tienen sobre la sociedad, el pueblo, cómo manipulan todo y les hacen creer lo que quieren. Por eso estamos como estamos.

Se suponía que los medios servirían para ayudar a informar sobre lo que sucede, a comunicarle a la gente la verdad, ¡A descubrir la verdad!

Todos estamos idiotizados por los medios, no sabemos ya en qué y a quién creer. Manipulan la verdad, la realidad de las cosas a conveniencia del gobierno. Junto con todas las religiones conservadoras que pretenden mantener de mente cerrada a la gente para que no se revele, tenernos controlados, pues si pensamos por nosotros mismos podemos ser peligrosos para ellos.

Yo de niña soñaba con ser como Luisa Lane, ser una gran investigadora, buscar la verdad y sacarle los trapitos al sol a todos, que el pueblo se de cuenta de lo que hacen sus gobernantes y no las mentiras que les hacen creer. Incluso hacerme pasar por alguien y andar de encubierto para sacar información.

Pero fue un sueño que se fue perdiendo por mi necesidad económica de mantenerme, y como periodista no ganas ni para el transporte, para llegar a ganar bien te cuesta muchos años de experiencia y tener contactos. Yo no tenía tiempo para esperar a eso. Necesitaba dinero en ese momento para pagar mis estudios, y un trabajo digno. Y así fui abriéndome camino hacia la publicidad y mercadotecnia.

Entonces escribir pasó a ser un simple hobby. Pero aún con la esperanza de algún día llegar a escribir algo verdaderamente bueno, tal vez ya no como periodista, pero sí algún libro, canciones, letras que le lleguen a la gente, que ayude a crear conciencia, a abrir los ojos y la mente, ¡A despertar!

Y con la que me puedan recordar por toda la eternidad después de mi muerte.

domingo, 8 de septiembre de 2013

No existe. ¿O simplemente lo olvidamos?

Tuve un maravilloso viaje a Xilitla, donde visité pequeños pueblos llenos de ríos y cascadas, me sentía en un mundo completamente diferente. ¡Todo era magnífico! Si ibas por la lancha podías remar mirando a tu al rededor las gigantes cascadas, las cuevas, los senotes. Parecía irreal su belleza.

Salté de una cascada sin salva vidas, de una altura considerable, la caída se me hacía eterna y al por fin tocar el agua me succionó en sus profundidades, para luego expulsarme rápidamente, dándome apenas oportunidad de salir a tiempo para respirar. 

Nadé contra corriente en sus heladas aguas, sentí su fuerza, la energía del río que limpió mi cuerpo, mi mente, mi alma. 

Camino de regreso a casa en el autobús mientras dormía sentí algo extraño que me hizo abrir los ojos, y extrañamente vi a un hombre muy delgado y muy alto, parecía medir dos metros, recargado en el respaldo de mi asiento, viéndome. No podía distinguir su rostro, no sabía si estaba dormido o realmente me observaba, yo sentía que sí. ¿Acaso me está sonriendo? pensé. La verdad sólo eran ideas mías no podía en realidad saber qué sucedía con él, de pronto pensé en que era imposible que fuera alguien del autobús y que pudiera estar metido detrás de mi asiento pues daba a la pared del baño, yo estaba hasta el fondo del autobús, el espacio era muy reducido; no sentí miedo, pero ya no quise investigar más, así que solo me giré y me dormí.

Al volver a casa la primera noche no podía conciliar el sueño. Me puse un antifaz para dormir, cerré mis ojos y entonces comenzaron a aparecer imágenes de mi viaje, fotografías mentales una tras otra rápidamente pasaban por mi cabeza, sentía como mis ojos se movían como canicas rebotando de un lado a otro aceleradamente. 

De repente las imágenes cesaron y pude sentir entonces como mis ojos dejaron de moverse, mi cuerpo se iba relajando, sentí como caía cada vez más pesado en la cama, como mi alma comenzaba a desprenderse de mí. Entonces sucedió... 

A pesar de tener los ojos cerrados, éstos se llenaron de una luz cegadora, ¡pero no tenía sentido!, yo llevaba puesto un antifaz y lo peor es que por alguna razón no podía abrirlos para ver qué sucedía. Entonces un rostro apareció ante mí; un joven de cabello corto, castaño, ojos azules, facciones delicadas, una belleza debo decir, indescriptible. Me observaba detenidamente, sin expresión alguna, no podía ver ni su cuello, lo único que lograba ver era su rostro, estaba demasiado cerca. Estaba asustada, no podía mover si quiera el cuerpo, ni abrir los ojos, estaba inmóvil. 

Después de algunos segundos de ver esa imagen, ésta cambia y puedo ver que ahora me observa a través de lo que parece una ventana, o de una lupa, pues su rostro se veía ahora lejos pero des proporcional, como agrandado. Entonces veo que es una nave desde donde me observa. 

No sé si fueron segundos o minutos, no puedo decir cuánto tiempo fue, pero de pronto me soltó. Ya no veía nada, todo era oscuridad de nuevo, mi cuerpo se relajó, podía moverme; rápidamente me quité el antifaz y abrí los ojos. Todo estaba como si nada, a mi lado estaba mi hermana viendo televisión tranquilamente sin saber todo lo que yo acababa de vivir. 

Volteo hacia la ventana y hay una luz brillante que flota afuera. Entonces atraviesa la pared de mi cuarto y me vuelve a cegar. Aparece de pronto con una luz blanca resplandeciente rodeándolo. El hombre que acababa de ver en mi mente estaba ahora parado de cuerpo completo frente a mí. No me dice nada sólo me extiende la mano. No sé que hacer, estoy congelada.  

No me asusta, tiene una mirada calmada, incluso me transmite confianza y familiaridad. Es como si ya lo conociera, como si en algún otro momento hubiera convivido ya con él y de alguna manera no lo recuerdo bien. Está vago en mi memoria.

Quiero hablarle pero no puedo hablar, no me salen las palabras. Pero pienso, ¿Quién eres? Y extrañamente él me contesta, sin mover sus labios. -Tú sabes quién soy, pero no me recuerdas. Y ahora necesito que vengas para recordártelo.

Él seguía extendiéndome la mano pacientemente, entonces ni siquiera voltee hacia atrás, simplemente la tomé y fue como quedarme dormida otra vez. De pronto abrí los ojos, estaba en mi cama y ya era de día.

-Hace mucho tiempo te llevé conmigo y hablamos de tus planes en la Tierra, pero cuando llegaste lo olvidaste por completo. Te contaminaste con todo aquello que hay a tu al rededor trabajando más de ocho horas diarias, estar tanto tiempo en convivencia con la tecnología, las computadoras, celulares, televisiones; mantienes tu mente ocupada en otras cosas, menos en las que realmente importan.

Cuando fuiste a aquél lugar maravilloso donde pasaste tres días en la naturaleza, en el agua, lejos de los celulares, del trabajo, de todo; superaste tu miedo a las alturas y al agua profunda. La pureza del río te limpió y todo eso en conjunto te dio de nuevo la apertura para poderte contactar otra vez, pudiste entonces verme.

Yo siempre estoy a tu lado, ¡Soy tu guía! pero tú no me escuchas, no me ves, por lo que ya te mencioné. Sin embargo ahora pudiste percibirme y decidiste acompañarme y espero ahora que sabes esto, trates de mantenerte en contacto. Sé que es difícil escapar de todo lo que está rodeándote, que debes trabajar y las herramientas que debes utilizar, que debes socializar; pero debes darte el tiempo para meditar, necesitas un momento de soledad, para escuchar tu interior y no perderte. Debes saber que todas las respuestas están dentro de ti, sólo necesitas aprender a escuchar bien y que yo siempre estaré observándote desde mi nave, cuando me necesites ahí estaré.-


Fue como una visión, un recuerdo de algo que había soñado, recordé sus palabras al despertar. No sabía si había sido un largo y vívido sueño, o había sido real.

miércoles, 28 de agosto de 2013

La sensación más extraña

Hoy como nunca antes lo había hecho, fui sola al cine. Y no a cualquier cine, sino a la Cineteca. Donde para llegar, tengo que cruzar un largo camino dentro del Parque Fundidora para entonces llegar al Centro de las Artes donde se encuentran la taquilla y las salas.

Estaba cayendo la noche, ya había bajado la intensidad de la lluvia, pero seguía constante. Caminé con un paraguas cuidando no arruinar mi cabello, pero mojando mis pies inevitablemente, buscando evitar charcos y lodo, caminando a paso apresurado pues ya comenzaría la función.

Logré llegar y comprar mi boleto. Al mencionar la función que deseaba la mujer de la taquilla me pregunta - ¿Un boleto? -Sí. Le contesto. No tenía tiempo para pensar. Corrí hacia la sala y entré justo a tiempo. Ya habían apagado las luces, no veía los asientos, prendí la luz de mi celular, había más gente buscando lugar. Nos dimos cuenta que ya estaba llena la sala, me rendí en la búsqueda y me senté en el piso junto a la puerta.

Fue interesante ver una película sola y en el piso. Algo incómodo he de mencionar, pero la película fue muy buena, me mantuvo con los ojos bien abiertos, la mente concentrada en lo que sucedía. Sólo al terminar la proyección lo sentí. Estaba sola. Me puse de pie, salí de la sala y caminé, no sabía qué hacer. Entré al baño pero no tenía nada que hacer ahí, salí. Tenía hambre así que compré algo en la dulcería y me senté en la última mesa de un rincón, dando la espalda a todas las demás mesas, viendo a la nada. Al estar solo es inevitable ponerte a pensar, pues a la mente en silencio no la puedes callar. Pensaba en lo lindo del lugar, es un lugar muy bello, sinceramente les recomiendo visitar. Se respira un aire diferente. Pensaba en lo mucho que deseaba que él estuviera conmigo.

Pensé que debería ver la última función, me quedaba con la esperanza de verlo al final de la noche, con quien podría volver a casa. Pero me di cuenta que eso no sucedería.

Llamé a un amigo, a mi ex, sería importante aclarar. Y él inmediatamente se levantó de su cama y tomó camino hacia donde yo estaba. Yo hice fila media hora antes para alcanzar un buen lugar. En ese tiempo me encontré algunos amigos quienes iban a ver la misma función. Todos se extrañaron de que anduviera sola, y les comenté que me había de verdad agradado la experiencia, que es algo que deberíamos hacer más seguido. Compartir tiempo con nuestra soledad, que falta nos hace, dedicarle tiempo a uno mismo.

Entré a la sala y entonces llegó. La película fue ridícula, graciosa, y en pocas palabras, mala. Pero nos divertimos.

Salimos y ya era casi media noche. El parque estaba solo y oscuro, se respiraba un aire fresco y puro. Era una noche bastante agradable. Platicábamos y de pronto caminando me tomó la mano. No supe como rechazarla y solo lo voltee a ver con cierta cara incómoda y de extrañeza y le pregunto porqué lo hace, como siempre su respuesta es - Porque quiero.- Y pensar que así me conquistó. Le dije que me parecía extraño, que obviamente ya no estaba acostumbrada y que no es lo mismo. Le solté la mano en cuanto pude.

Me besó. Cómo les explico lo verdaderamente incómodo que fue para mí eso. Él es para mí un buen amigo, me agrada pasar tiempo con él, platicar, pero nada más. Yo ya no siento lo que sentía hace un par de años. Ya no es igual. Ahora mi mente, mi corazón, mis labios, mis manos.... Le pertenecen a alguien más. Tal vez aún no merezca esa fidelidad mía, pero no puedo evitarlo. Mis labios rechazan de inmediato a cualquiera que no sean los suyos.

Cuando llegué a casa al despedirme me volvió a besar. Por un momento me vino a la mente aquél tiempo en que nos amábamos, en que lo amaba de verdad, en que sus besos me volvían loca, cuando no podía separarme de él.

Nos separamos porque creíamos que era lo mejor para los dos, no porque no nos amaramos. No terminamos mal, no peleamos. Así que la separación fue dura, pero yo definitivamente me di cuenta que no era lo que yo deseaba después de todo. Claro que sigue tendiendo cosas que me gustan, pero otras en las que no congeniamos y por las que no volvería con él, por las que me di cuenta que siempre lo vi más como un amigo que como una pareja para toda la vida. Nos llevamos mejor así. Y así prefiero que permanezca.

Por alguna razón a pesar de hacerme sentir incómoda en la situación del beso, el resto fue espléndido. Platicamos como hace mucho no lo hacíamos, en persona sobre todo. Y nos faltó tiempo, ya era tarde y debía bajar el carro, pero en verdad me dio mucho gusto platicar con él. Siempre nos entendemos, siempre nos escuchamos y nos damos buenos consejos. Siempre ha sido bueno tenerlo cerca.

No voy a negar que tengo muy buenos recuerdos con él y que al pensar en ellos me alegro y en cierta forma incluso lo extraño, pero lo que extraño son sólo imágenes, recuerdos de algo que ya fue y que no volverá. Para todo hay su tiempo, y el nuestro expiró.

Me escurro bajo las sábanas acojedoras de mi cama. Me manda un mensaje aquél a quien sin deber le soy ciegamente fiel. Apenas se desocupaba, yo ya estaba en cama. Y sin decir buenas noches, me dormí. Me dormí con la sensación más extraña. De la experiencia de ir por primera vez al cine sola. De ver a mi ex y que me besara después de años de no hacerlo. De pensar en ese otro hombre tan conocido y tan extraño, tan cercano y tan lejano. Que tengo tan clavado en el corazón, pero que no se atreve aún a dar el paso.

Todas estas ideas, sentimientos y experiencias están mezclados en mi cabeza como ingredientes de una ensalada, me invade, no sé como manejarla. Lo único que me queda por hacer es poner mi mente en blanco, cerrar los ojos.... Dormir.





sábado, 11 de mayo de 2013

LA OTRA CARA DE LA HISTORIA


NOTA: La siguiente crónica muestra hechos reales, los nombres han sido cambiados para proteger la privacidad de los involucrados. 

Mi nombre es Laura y siendo sobrina de Ignacio, contaré la historia como realmente sucedió, el otro lado de la historia, el que nadie más conoce, la que los periódicos nunca contarán. 

Ignacio de 38 años de edad, padre de dos hijos, Imelda de actualmente 18 años e Ignacio Jr. de 10 años, fue ejecutado el sábado 17 de octubre de 2009 en la Av. Fundadores a las 12:40 hrs aproximadamente. De no nueve, como indicaban los periódicos, sino de dos balazos. 

Él, sin una carrera y buscando oportunidades para sacar adelante a su familia, se hizo chofer del abogado Antonio Martínez, aproximadamente dos años antes del suceso.

Dos semanas antes había hablado con uno de sus hermanos y su madre, acerca de dejar ese trabajo, pues era demasiado riesgoso y ya sospechaba que seguían a su jefe. Quería tener un mejor empleo, algo que no involucrara arriesgarse. Su familia lo apoyaría.

También era músico. Tocaba el saxofón y formaba parte de una banda familiar llamada: 'Arévalo Banda'. Formada por su padre Miguel, hermano mayor Miguel (Mike), su hermana Carla y él. Tenía su saxofón en reparación preparándose para tocar en las posadas de diciembre y reunir un poco más de dinero para su familia.

Él sólo era el chofer. No tenía suficiente dinero para sustentar bien a su familia, si estuviera más involucrado ganaría más dinero, si fuera un guarda espaldas tal vez cargaría un arma, no tenía una.

Una semana antes de la ejecución, él discutió con su esposa e hija precisamente por falta de dinero y una computadora que había prometido y aún no había podido comprar. Se salió de su casa y se fue con su papá. Ahí se quedó hasta la mañana del sábado que se levantó temprano para recoger a su jefe en el aeropuerto. Su padre fue el último de la familia que lo vio, el único que se pudo despedir de él, sin saber que no volvería a casa.

Todo el sábado estuvieron llamándole a su celular sin respuesta alguna. A la noche no llegó a dormir. A las 23 hrs recibimos una llamada en mi casa buscando a Mike quien es mi padre, preguntando por mi tío, era la secretaria del abogado. Se le hizo bastante extraño y llamó a todos para saber si se había reportado, pero nadie sabía de él. Entonces mi abuelo le dice a mi padre que vea cierta noticia. Al verla y ver el cuerpo vieron que se parecía mucho a él. Su esperanza era que siempre llevaba botas y el hombre de la imagen llevaba zapatos.

A la mañana siguiente salieron inmediatamente a buscarlo. Siguieron haciendo llamadas y buscando. Cuando al fin lograron contactar a alguien que conocía al 'Licenciado' confirmando: "Mataron al abogado". Ahí pudieron saber que el que estaba a su lado era su hermano. Fueron a comprar el periódico "El Metro" donde en la portada aparece la fotografía de los cuerpos destapados y muy de cerca. Donde pudieron apreciar perfectamente el cuerpo confirmando que era Ignacio. Entonces llegaron sus hermanos y su padre con Rosario su madre a darle la noticia que la destroza por completo. Así comienza la agonía de la familia.

Fuimos todos avisados y poco a poco comenzó a llegar gente a casa de la Familia. Mi padre fue el único valiente que fue a identificar y reclamar el cuerpo al anfiteatro junto con su mujer e hija que estaban desmoronadas pues nunca volvieron a verlo ni hablar con él.

El cuerpo nos fue entregado a la madrugada del lunes cuando a las 9 hrs se dio inicio el velorio que terminó a las 19 hrs con una misa de cuerpo presente y la despedida de todos sus familiares y amigos de Nuevo León, Reynosa, San Luis y Zacatecas.

No sólo fue inusual la manera en que se fue y la situación en que dejó a su familia, sino que también su hermana menor, Leny, estaba por dar a luz a su segunda hija María. Fue internada ese domingo y el lunes dio a luz a través de cesárea. El nacimiento de esta niña en la familia es muy significativa y considerada una bendición.

Al mediodía del lunes les fueron entregadas las cenizas y sus hermanos lo llevaron a la Huasteca donde le gustaba mucho ir, a compartir unas "cheves" con su hermano. Ahí llegaron más tarde el resto de la familia donde vimos videos y fotografías donde aparecía mi tío. Escuchando las canciones que él escuchaba, con una carne asada en su honor y sus cenizas presentes, su sombrero, fotografía, una flor y una cerveza.

Todos gritaron hasta que se cansaron y se desahogaron por la pérdida de "el querubín" como era llamado en la familia. Y todos se tomaron fotografías con él.
El alma de la fiesta, la alegría de la casa. Se ha marchado...














Aquí una fotografía de su hijo Ignacio Jr. de 6 años en ese entonces, en la Huasteca acomodando las cosas en la mesa donde se encontraban las cenizas de su padre.

Un día más....

Suena la alarma, como cada mañana. No me quiero levantar. La ventana está abierta y el viento frío se escapa hacia el interior de la recámara creando un ambiente dulcemente acogedor. Está lloviznando y hay neblina. ¡No quiero! ¡No quiero! Me meto debajo de las aborregadas cobijas que me abrazan como enamorado... Dormiré un poco más. No debo, no puedo, mi inconsciente no me deja. Veo la temperatura en mi celular, estamos a 11ºc. Media hora más, sólo media hora más.

Finalmente decido salir de la cama y caminar a la regadera como zombie arrastrando los pies con los ojos medio cerrados medio abiertos. 

Ahora no quiero salir de la regadera. El agua está caliente, ¡No saldré hasta que se acabe! Tengo frío. Dos personas más hacen fila afuera del baño, esperándome. Me tocan, me gritan, me apuran. ¡YA VOY!

Me pongo crema en el cabello, lo agito y despeino. Espero se acomode de alguna manera con mi nuevo corte. Si me veo despeinada está bien, odio el cabello perfectamente acomodado o relamido. Aunque siempre hay días para hacer excepciones.

Me maquillo rápidamente, no tengo que ponerme, agarro lo primero que encuentro. Parezco pitufo vistiendo tanto azul. Qué más da, no me importa. ¡En qué momento se hizo tan tarde!! Tomo unas barras de granola, una manzana y salgo corriendo bajo la ligera lluvia que apenas se siente, pero es constante.

El clima está para un café. Porqué no, tomemos uno.

20 minutos después....

Me tiemblan las manos, siento como la energía pasa por todo mi cuerpo, sobre todo el pecho y los brazos, mi cabeza me trae loca. Imagino que salgo corriendo y descargo toda esta energía que me tiene temblando. No me puedo controlar, no me puedo concentrar. Estoy escribiendo rápidamente, todo hago de manera acelerada.

Al fin la hora de comer. Me siento a ver una película y me relajo. Ahora tengo sueño.

Vuelvo al trabajo y finalmente estoy calmada.

Qué día tan más extraño. Cosas raras pasan dentro de mí y no entiendo qué son. Mi ser está en algún tipo de mutación lo sé, lo siento. Y pienso en él, también. ¡Qué me ha hecho! Ha despertado una parte de mí que estaba dormida. ¿Será a caso el motivo de este extraño sentir? Ha movido mi Universo. Ha venido a cambiarlo todo. A complicarlo todo... Y a despertarme.

Termina el día vuelvo a casa y me acuesto en la cama pegada a la ventana y dejo que el dulce viento de primavera me abrace. Cierro los ojos, él está presente en mi mente. Me duermo, no sé nada más de mí.


jueves, 18 de abril de 2013

La inspiración para escribir...

Por alguna extraña razón siento que he olvidado lo que es escribir.

Recuerdo cuando era niña, para los cinco años ya sabía leer. Antes de cumplir los seis entré a la primaria, y al ser una niña muy retraída, callada y poco sociable, me refugié en la biblioteca.

Amaba esa biblioteca. Aún recuerdo su aroma a libro viejo. Ese aroma tan peculiar que amo tanto, esas hojas que con el tiempo se volvieron viejas y amarillentas, pero que a pesar de los años perduran, siguen ahí esperando ser leídos una y otra vez, yendo de mano en mano, de generación en generación, contando historias. Historias que viven eternamente.

Descubrí un mundo nuevo en la biblioteca. Al principio leía los mismos cuentos una y otra vez porque me los terminaba todos y no me dejaban leer nada más. Fueron pasando los años y fui viendo más allá. En las categorías de poesía, novelas, ciencia ficción. Tenía nueve años, una ortografía horrible, pero ya amaba escribir.

Recuerdo que obtuve mi primer diario en cuarto de primaria. Me lo regaló la familia que me recibió en un intercambio del colegio, en San Luis Potosí. Si supieran lo que acababan de comenzar.

Aún guardo ese diario, me río mucho al leer las cosas tan banales que escribía, pero bueno, entendamos que era una niña de nueve años.

Cuando se terminó ese diario, compré otro, y luego otro y otro. Cuando no hubo más diarios de niñas comencé a tomar cualquier libreta designada especialmente para plasmar mis pensamientos.

Amaba que me dieran libros de lectura en la escuela, algo que siempre difundieron en mi colegio. Creo que era de las pocas, sino es que la única que realmente los leía y se emocionaba al hacerlo, (aún guardo algunos). Llegaba a la escuela contando las historias tan fantásticas que... no leía, ¡sino que veía!! Porque algo maravilloso sucede cuando leo. Las letras se convierten en imágenes e inmediatamente me adentro en un mundo nuevo, diferente, irreal, fantástico. Es increíble como puedes perderte de la realidad y sumergirte en otros mundos. En los libros logro conocer mil lugares, personas, situaciones, puedo vivir mil cosas a través de ellos.

Hacía mis resúmenes y con alegría los entregaba. Era la primera en levantar la mano cuando pedían a alguien que leyera en voz alta. Odiaba escuchar a mis compañeros ya en quinto de primaria y que no pudieran aún leer de manera continua, sin trabarse cada tres palabras, como si fueran todavía de primero. ¡Que los regresen! ¡No saben leer! Moría por gritarles.

Recuerdo cuando cayeron las torres gemelas. Yo en mi ignorancia de niña de once años, (cumpliría doce días después), no sabía que eran. Pero ese día lo descubrí. Era una mañana de huracán, como siempre en Septiembre lloviendo e inundando las calles mal hechas de Monterrey. No pude ir a la escuela por ese mismo motivo, pero ya habíamos despertado de todos modos y además, se había ido la luz. Recuerdo haber salido a la puerta, viendo llover a través de la reja. Siempre me ha gustado mucho la lluvia, el sonido que provoca al rebotar en diferentes superficies, la fuerza que impone. Y si hay truenos ¡Que mejor! Su sonido está tan lleno de energía, me recarga como una batería. ¡Salir a mojarme! Siempre ha sido algo muy agradable y divertido para mí. Aunque mis padres nunca me dejaban, aprovechaba cuando la lluvia me atrapaba saliendo de la escuela para irme caminando.

Y volviendo al día del huracán y la caída de las torres, mis vecinos de enfrente sí tenían luz, entonces salió la vecina a decirnos lo que estaba sucediendo. Fuimos a su casa a ver las noticias. Yo estaba impactada de ver como un avión comercial, lleno de gente, ¡se estrellaba en un edificio enorme con miles de personas en él! Se desmoronaba cayendo rápidamente, aún tengo la imagen de las personas saltando por las ventanas. Me entristecía demasiado. Siempre he sido muy sensible en ese aspecto. No me gusta saber de muertes y del sufrimiento de un ser vivo. Pero en ese momento, sentí la necesidad de escribirlo. Sabía que era algo que marcaría la historia y tenía que dejarlo plasmado en papel, como en los libros, para que viviera eternamente. Y como toda una periodista lo hice. Leer eso, once años después, me hace darme cuenta de lo mucho que fui avanzando en mi manera de redactar y cómo iba despertando esa chispa en mí.

Había entrado a la secundaria. Estaba mejorando mucho mi ortografía. Me encantaba mi clase de español y todos los días leía y escribía. Amaba los dictados, y los exámenes y pruebas de redacción y ortografía. Recuerdo que fue entonces cuando comencé esa libreta de poesía.

Siempre fui una niña muy enamoradiza, desde muy niña. Recuerdo en primero de primaria había un niño que me gustaba mucho, pero jamás me hizo caso. Luego en cuarto de primaria me enamoré de un niño de una generación arriba, anduve con él un rato y me rompió el corazón. En sexto de primaria del niño más rebelde del salón. Quería ayudarlo, pero terminaron por expulsarlo. Al entrar a la secundaria anduve con la mayoría de los niños nuevos y uno que otro que venían desde la primaria conmigo. No sabía decirles que no. Así que a todos les decía que sí, pero era muy penosa y apenas les hablaba en clase. Era más por decir que éramos novios, pues a esa edad uno ni sabe lo que es una relación de noviazgo.

Tenía un vecino que me encantaba, estaba sumamente enamorada de él. Éramos buenos amigos y siempre salíamos a jugar en las tardes, nuestros papás eran grandes amigos. Y un día, cuando tenía doce años, y él trece, recuerdo me presentó a su primo que estaba de visita, era muy guapo y también tenía trece, pero yo sólo tenía ojos para mi vecino. Ese mismo día me pidió que fuéramos novios y ¡Yo moría de la felicidad! Pero apenas duramos unos pocos meses, y entonces su primo aprovechó y comenzó a buscarme. Terminé enamorándome perdidamente de él. Fue mi primer beso a los trece años. Anduvimos seis meses. Lo más que había durado entonces. Y tardé años en superarlo.

Gracias a ese niño comencé a escribir mis primeros poemas, y de ahí ya no volví a parar. Le escribía a todos, escribía de todo. Escribí a la luna, a mi soledad, a mi amor, al tiempo.

Gané un concurso de poesía en la secundaria, gané otro por calaveras en la preparatoria. Escribí también una pequeña historia que metí a un concurso compitiendo con todas las preparatorias y las carreras de la Universidad, no llegué a ganar, ¡Claro! Ganó alguien de la Facultad de Filosofía y Letras. Yo tenía dieciséis años. Aún me faltaba mucho por pulir.

Entonces comenzó mi sueño de ser escritora. A la gente le gustaba lo que escribía, y me encantaba la idea de que un día, pudiera plasmar mis letras, mis pensamientos, mi imaginación, mis historias, en un libro en el que a través de él, yo podría vivir eternamente... ¿Se imaginan siendo inmortales? Como Shakespeare, Edgar Allan Poe, Charles Dickens, Miguel de Cervantes, Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz, Isabel Allende y tantos más que con su intelecto, preparación, lectura, pero sobre todo esa naturaleza con la que escriben, han llegado hasta nuestros tiempos intactos, frescos, como recién llegados, y siguen vigentes a través de los siglos, dejándonos estas reliquias de la historia, para leer y viajar en el tiempo al pasado; conocer la manera de pensar y de vivir en un mundo que, de no ser por ellos, no hubiéramos conocido.

En la prepa conocí a un nuevo chico. Muy guapo, y muy popular. A mí me caía mal por ese mismo motivo. ¿Qué me vio? No tengo la más mínima idea. Yo vestía horrible, siempre andaba en tenis y jeans. No me maquillaba ni peinaba.

Me taraba de hablar pero lo ignoraba. Un día no pude esconderme más, pues caminando a casa después de la escuela me lo topé jugando con un balón afuera de su casa. Resultaba que éramos vecinos.

Me preguntó mi nombre se lo dije, él me dijo el suyo y me preguntó donde vivía, le dije. Dijo que un día me visitaría. Y así lo hizo. Yo en ese entonces tenía un novio de veinte años, estudiante de medicina y músico, yo tenía apenas quince. A las tres semanas de andar terminé con él.

Al poco tiempo el niño popular y yo nos hicimos novios. Crecimos juntos. Cortamos y volvimos un par de veces, hasta que la tercera fue la vencida y no lo volví a ver. Duramos en total cuatro años y medio.

Fue una relación difícil. Fue mi primer novio formal. A quien le presenté a mis padres y él a mí los suyos. Me acompañaba a todas las reuniones familiares, salíamos, etc. Fue mi primer novio real. Y pensé que me casaría con él después de tantos años de relación. Pero la verdad es que era muy duro conmigo. Era machista, celoso y posesivo. Me amaba mucho, y se desvivía por mí, pero también me trataba muy mal. Tenía problemas de ira, y yo la llevaba. Hasta que decidí que eso no era lo que quería vivir el resto de mis días.

Me costó mucho trabajo superarlo pero me cambié de casa muy lejos a las semanas de terminar, y eso me ayudó, pues no lo volví a ver. Además tenía mis ideas muy firmes de lo que quería y lo que no quería en mi vida, y él era algo que ya no quería. Así lo superé.

Cuando estaba triste o frustrada, cuando cosas malas me pasaban, era cuando más escribía. Así que ya imaginarán lo mucho que lo hacía cuando estaba con él. Y mientras pasaba por el proceso de la separación.

Cuando me gradué de la preparatoria me fui a vivir siete meses a Mississippi, Estados Unidos. Mis papás querían que tomara un año sabático porque apenas tenía 16 años y no me sentían lo suficiente madura para entrar a la Universidad. Claro que quería un año sabático, pero tenía miedo de irme sola a otro país y dejar a mi aún entonces novio. Pero después de algunos meses me convencieron y me fui a vivir con una hermana de mi mamá. El día exacto de mi cumpleaños número diecisiete.

¡Viví tantas cosas tan maravillosas! Conocí gente de diferentes países, culturas y experiencias. Aprendí muchísimo, conocí nuevos lugares, aprendí el idioma. Me hice más independiente y segura. Definitivamente eso me ayudó a madurar.

Escribí cada día que estuve allá. Todo lo que viví quedó plasmado. Recuerdo que ponía: Día 1. Día 2.... hasta que llegó el día de mi triste regreso a casa. Y conté las lunas llenas que estuve allá. Cada una la vi, la disfruté, y la dejé grabada en mi mente, porque a cada una la convertí en una noche especial.

Casualmente mi última noche en Mississippi, fue luna llena.

Regresé a casa para entrar a la carrera. Había decidido estudiar periodismo. Era lo más cercano a las letras que encontré. Me harían leer y escribir mucho así que no había mejor lugar que ese.

Creí tener madera de periodista. Me imaginaba escribiendo en una columna todo lo que veía a mi al rededor y que la gente pasaba por alto, al ir en sus ocupaciones y preocupaciones diarias. Hacerles ver el lado humano de todas las cosas. Despertar esa sensibilidad que muchos estamos perdiendo en este mundo nuevo, donde ya nada nos sorprende.

Leí libros nuevos, conocí nuevos autores. Pero tenía que ver áreas del periodismo que no me gustaban como policiaco, local, política. Aún así trabajé duro en todo, eran retos para mí. Un maestro a mitad de carrera me reprobó simplemente por que creía que no tenía madera de periodista y como no le gustaba mi estilo quería sacarme de ahí. Me hizo sentir un poco mal, una parte de mí se la creyó aunque traté de que no me afectara. Pero justo un semestre después tuve clase con un maestro de mente abierta, más revolucionario y liberal. Había sido alumno del otro maestro y éste último era ya cincuentón, nada más imagínense la edad del otro.

Recuerdo que no podía asistir a sus clases o llegaba tarde a causa del trabajo. Pero me mantenía pendiente de las tareas que pedía y de lo que veían en clase, así lo acordé con él. Y realmente no me conocía personalmente, desde que empezó el semestre no había asistido a clase. Hasta que un día pude asistir y después de un pequeño ejercicio, revisando me dice:
-¿Tú eres Laura Aréchiga verdad?-
-Sí, soy yo-.
 -Claro, me di cuenta por tu forma de redactar. Es muy peculiar, y me agrada. Siempre a tus notas le das un toque muy humano y poético. Hay que explotar eso-.
-Pero el maestro fulanito me dijo que no tenía madera de periodista, que no llegaría lejos-.
-Está loco ese pendejo me cae muy mal siempre con sus cosas haciendo menos a los alumnos. No le hagas caso. Sé tú misma, escribe como te nace. Explota ese sentido delicado que tienes-.

Se volvió mi maestro favorito. Con él hice el servicio social en la revista de la Facultad. Hice prácticas en el Audio Visual en un programa de radio piloto. Me apoyaba mucho.

El trabajo y la escuela iban consumiendo cada vez más mi tiempo. Cada vez leía menos libros de mi propio gusto, y ya no practicaba aquél deporte, arte marcial de Corea del Sur que tanto me apasiona como las letras. El TaeKwonDo. Logré en primer semestre de mi carrera presentar mi examen de cinta negra, al fin lo había logrado. Me sentía muy orgullosa conmigo misma. Después de diez años de entrenamiento constante. Pero con el paso de los semestres tenía más responsabilidades, más proyectos, prácticas, servicio y ¡Tenía que trabajar! Yo me pagaba la escuela, sino trabajaba no podría continuar mis estudios. Así que las responsabilidades me fueron consumiendo y fui dejando mis sueños cada vez más atrás.

Me di cuenta que no quería entrar a trabajar a los medios. La paga era muy poca si no tenías experiencia, y si es que te pagaban. Los horarios eran incongruentes, y explotadores. Había que estar ahí antes de que cantara el gallo, ¿Y la hora de salida? Eso nunca se sabe. Entonces pensé ¿Qué vida podría tener trabajando día y noche con una paga que no me alcanza ni para el camión? No señor, no puedo estar así.

Me gradué. Durante la carrera tuve un novio con el que anduve el último año. Era de la misma Facultad pero él estaba en publicidad. A los dos nos gustaban las artes marciales, las películas, caricaturas y la misma música. Ambos siempre comíamos sano y hacíamos ejercicio, siempre nos mantuvimos en  forma.

Con él entré a un mundo nuevo y diferente pues ya tenía 21 años y la relación era más abierta. Nos divertimos mucho, nos llevábamos bastante bien. Se llevaba bien con todos mis amigos y yo con los suyos; me querían en su casa, lo aceptaban en la mía. Pero a pesar de que todo parecía ir de maravilla, al final no teníamos los mismos objetivos y metas a futuro. Así que nuestros caminos se separaron.

Me gradué y y me decidí por conseguir un mejor trabajo. Mi trabajo de estudiante ya no sería suficiente.

Entré a trabajar a una Universidad donde estuve un año. Lo malo era que a pesar de que ahora sólo me dedicaba a trabajar, no tenía más tiempo libre. Tenía hora de entrada pero no de salida y muchas veces la hora a la que salía ya no me daba para entrenar, y llegaba tan cansada que iba directo a la cama. Sin embargo, la mayoría del tiempo estuve entrenando aunque no leyendo ni escribiendo. Creo que sólo leí un libro en ese año. Pero al menos algo de lo que me gustaba podía hacer de vez en cuando.

Tuve después de ocho meses de soltería, un novio que llegó de la nada a mi vida y así de rápido como llegó se fue. Yo me siento culpable completamente de todo. Él llegó con buenas intenciones, fue sincero conmigo. Me mostró tanto amor y seguridad que sentía que era una tonta si no lo aceptaba. Así que lo hice sin saber que tanto me gustaba realmente si funcionaría.

La relación de su parte era muy buena, me la pasaba bien con él. Me amaba mucho y se desvivía por mí. Pero yo esperaba más. Él era muy serio, maduro, de alguna manera aseñorado. Y yo apenas viviendo mi juventud. Algo no me tenía a gusto con él, no me sentía completa. Algo me faltaba... A los seis meses de relación terminé con él.

Durante todo este tiempo me empecé a sentir frustrada por el hecho de que ya no escribía, ya no leía tantos libros como antes. Ya no me podía concentrar, ni tenía inspiración, ni sentía que tuviera el tiempo. Me frustraba demasiado.

Entré a un nuevo trabajo. Y aquí comienzo a hablar más en presente. Pues hace apenas unos meses, en enero, comencé aquí. Y me sentí feliz de saber que algo vieron en mí y me dieron la oportunidad de tomar un puesto en el que yo era completamente nueva, sin experiencia ni conocimientos del todo. Pero con las ganas de hacer las cosas bien y de salir adelante. Quiero aprender lo más posible.

Mi frustración se fue haciendo más grande cuando me di cuenta que mi mente se había cerrado. Aquella niña creativa que alguna vez conocí ya no estaba. Aquella que veía todo con tanta simplicidad y que le salían las cosas con tanta naturaleza sin forzarlas, ya había desaparecido. ¿Qué me pasó?

Conocí a alguien, que por alguna razón motivó en mí las ganas de leer de nuevo, de escribir de nuevo, de querer hacer las cosas que siempre quise y que nunca vi posibles ni tomé iniciativa antes. Como cantar. ¡Y claro, porqué no! Llegar lejos. Componer canciones es otra manera de escribir, y de llegarle a la gente, y de hacerme inmortal.

Pues qué les puedo decir. Me enamoré.

Creo que tengo problemas de alguna manera en esto del amor. O eso dice mi madre. Me enamoro muy fácil, me des enamoro muy fácil. No creo que eso sea malo, al contrario, supero rápido las cosas. Y cuando me he enamorado de alguien con quien espero pasar mucho tiempo me termina dejando, cuando alguien me quiere para toda la vida lo dejo. No creo tener un problema, sólo creo que no he encontrado al ideal. Y tal vez mi único problema es que no tengo bien definido lo que deseo.

En fin, me enamoré. Me enamoré de lo que creo es lo que siempre he querido y no me había atrevido a aceptar por el qué dirán. Porque es diferente, porque yo soy diferente y una parte de mí tampoco lo quería demostrar, exteriorizar. Pero dentro está ese verdadero yo, un bebé atrapado, apenas formado, ¡que quiere salir al exterior y conocer!! Crecer. Pero siempre el miedo a la aceptación... ¡No me importa!! ¡Ya no me importa!! Quiero liberarme de los prejuicios, quiero ser la verdadera yo y que me acepten por ello. Y quien no ¡pues que se vaya! No me importa...

Creo que todo tiene su tiempo y momento. Y todo lo que estoy viviendo es por alguna razón en especial. Y aún no estoy lista para una relación, necesito pasar algunas cosas primero. Por eso no me quejo tanto si por ahora no se da con la persona que quiero. Pero si es nuestro destino estar juntos, cuando sea el momento adecuado se dará.

Por ahora creo que es momento de que él se encuentre a sí mismo y arregle asuntos pendientes y otras cosas para estar listo para una relación y exactamente lo mismo tengo que hacer yo.

¿Pero, saben? Ahora escribo como cuando estaba en la secundaria. Como la vez que me enamoré por primera vez. Escribo casi diario. Escribo donde pueda, en lo primero que me tope. Tengo libretas y hojas sueltas escritas por todos lados. Escribo sobre como me siento, sobre mí.

Me siento inspirada una vez más. Me siento de nuevo como esa niña enamoradiza que le escribía a la luna, al amor, a la lluvia, a las estrellas, al viento, a la vida.

Así es como vuelvo a las letras, así es como creo que podré llamarme de nuevo escritora. Espero vuelva a mí la inspiración y logre escribir, lo que siempre he querido.



miércoles, 17 de abril de 2013

Quien soy....

Tengo que aceptar que nunca había adentrado al tema de mi forma de ser. De la manera en que mi mente funciona...

Siempre me he dicho: soy diferente, algo extraña, única, y así me quiero. Y de verdad me quiero. Pero a veces tengo mis desplantes. Hay días en los que me siento desubicada, que siento que no encajo en ningún lado. Y me he sentido así siempre!

Toda la vida he sido una persona sociable, y me hago encajar en todos lados. Pero luego pienso ¿A dónde pertenezco realmente? De todos esos grupos, ¿Dónde encajo yo realmente? Cuando me hago esa pregunta es que me doy cuenta y entonces comienzo a pensar... Desde niña me siento así!!! Recuerdo que me pasó en la primaria, de nuevo en la secundaria. Escribí poemas diciendo que me sentía sola... Había días que simplemente a pesar de estar rodeada de gente me sentía sola. Y eso jamás fue motivo para pensar en suicidio ni mucho menos. Simplemente siempre he sido muy independiente en mis sentimientos. Me los guardo para mí misma, me aconsejo y me saco adelante sola. Sobre todo en ese entonces que no me gustaba que nadie supiera como me sentía ni que me ayudaran. Hasta la fecha no me gusta que nadie me vea triste o frustrada, que me vean llorar...

En la secundaria era algo hippie. El cabello suelto en la cara, pantalones acampanados de flores. En la prepa me volví mas punk dark con los raros del grupo de Teatro con quienes encajaba muy bien. Todos eran diferentes, y para muchos, raros, pero juntos éramos una gran familia. Pero me hice de un novio muy fresa y empecé a cambiar mi forma de vestir, aunque por dentro siguiera siendo yo. Traté de encajar en ese ambiente... Me mantuve ahí años. Después, ahora, pienso si realmente formo parte de eso, no me siento parte de eso, no me sale natural, no soy realmente así. No soy de las que se peinan todos los días, se visten, entaconan y enjoyan para parecer barbies cada día! Lo puedo hacer! Pero no me nace ser así todos los días... No soy de las típicas niñas que su meta en la vida es casarse. Y se desviven por encontrar al hombre de sus sueños que las mantenga.

No digo que no quiera casarme, pero no es mi prioridad, y mi hombre ideal sería alguien que me vea como igual y con quien comparta todo, hasta responsabilidades. Con quien pueda trabajar lado a lado.
No quiero a un hombre modelo, quiero un hombre que me acepte con mis rarezas, con mis problemas, con mis virtudes, que me quiera tal cual soy, que me valore.

No soy la mejor persona, no soy perfecta lo sé. Pero trato de de ser lo mejor posible y trabajar en ello. A veces no me doy cuenta de mis errores, de mis defectos, a veces es necesario que alguien que te vea desde afuera, te lo diga y haga saber. Y cuando sucede es momento de poner atención y tomarlo en cuenta y trabajarlo.

Sólo me gustaría saber a veces, quién soy, a dónde voy, cuál es mi meta en la vida. Siempre quiero ayudar a los demás con sus problemas, siempre quiero escuchar, pero además de andar por ahí de consejera, que más! Que me depara!! Que futuro me espera... ¿Quién seré?

Sé que esas cosas sólo con el tiempo se van definiendo, y nosotros día a día hacemos lo que nos repercutirá en el futuro. Pero hay miles de cosas que no están en nuestras manos que pueden suceder. Que no sabemos ni sabremos hasta que llegue el momento.

¿Porqué a veces siento que no encajo en ningún lado? ¿Porqué de repente la niña sociable, platicadora, alegre, se vuelve callada y solitaria? ¿Acaso es que me falta vivir más para encontrar mi propio camino?  Es que tal vez aún no he descubierto mi verdadero ser, mi yo interior no ha salido por completo. No me he dejado llevar por mi propio instinto para descubrir mi propio estilo.

¿Porqué siempre me gusta la gente que es diferente? Me gustan los rebeldes, los que son libres, los que viajan mucho y hacen lo que quieren. Los que son como son sin que les importe lo que piensen los demás. Que para la gente son raros o locos. Esos raros son los que me gustan, ¡siempre! Estoy en busca de esa rebeldía, de esa libertad que yo no tengo, busco un escape en esas personas...

Tal vez me falte vivir sola para descubrirme mejor. Estar más tiempo conmigo misma, darme la oportunidad de conocer más, salir más, ¡Vivir!!!

Lo único que sé y conozco bien de mí es que siempre ando en mi mundo. Es algo difícil, ser distraída. Por estar siempre soñando, pensando, imaginando. Divagando. Por eso yo sería feliz dedicándome a leer, investigar, escribir. Pero tengo que trabajar para vivir. No puedo darme el lujo ahorita de no tener un sueldo fijo para dedicarme a escribir un libro. Pero espero algún día tener la solvencia económica para hacerlo. O tal vez tenga que caer tan bajo como la escritora de Harry Potter, J. K. Rowling, que madre soltera sin trabajo, sin dinero ni casa, ¡Sin tener nada! Haya comenzado a escribir un libro, en idea de crear una serie de ellos, que la llevarían a tal éxito, que ahora es millonaria.

Me gusta conocer cosas que nadie conoce, me gusta investigar, me gusta leer novelas y libros de historias fantásticas que me sacan de la realidad. Pero también temas de la vida real y situaciones de la vida cotidiana. Y escribir todo lo que veo, lo que siento y percibo.

Me gusta ver películas de todo tipo, de todos los géneros conocidas y no tan conocidas. De cine independiente, cine de arte, de Hollywood, Bollywood. De romance, de comedia, de terror, suspenso, thriller, drama, musicales, etc.

Igual me pasa con la música. Me gusta escuchar de todo, conocer de todo. De aquí de allá, diferentes géneros y de diferentes partes del mundo. Siempre hay algo nuevo qué conocer y aprender. Siempre estoy dispuesta a conocer nuevas películas, libros, música.

Me encanta el arte en todos sus sentidos. Amo ir a los museos, al ballet, a la sinfónica, conciertos de todo tipo. A pasear por las calles del centro y apreciar el arte urbano. Me encanta la fotografía. Quiero aprender bien para captar momentos. Me encanta obviamente como antes mencioné, el cine, la lectura, la escritura, la música en general. el canto. Quiero cantar de manera profesional.

Me encantan los chocolates belgas, y los chocolates amargos, ¡Con almendras mejor! Soy fan de los chocolates gracias a mi padre. Y mis flores favoritas son los tulipanes. Creo que eso nadie lo sabe, si no me preguntan ni lo menciono.

Amo los días frescos y lluviosos. Son mis favoritos. Puedo quedarme acostada en la cama recibiendo a través de la ventana el clima. O mejor aún, caminar por los parques en una tarde fresca y mojándome bajo la lluvia. Percibiéndolo de primera mano. Y me veo abriendo los brazos a la lluvia, recibiéndola, al viento que me abraza, sintiendo la naturaleza en todo su esplendor. Los relámpagos me encanta verlos, los truenos me encanta escucharlos, me llenan de energía y hasta me arrullan.

Soy una romántica cursi entregada por completo a su amor. Me desvivo por la gente que quiero. Soy muy compasiva, y sensible. Soy muy alegre y positiva, acostumbro reír todo el tiempo y no suelo enojarme, me hacen reír y olvidar fácilmente. Me gusta mantener la calma.

Fui una niña muy insegura toda la vida y a través del tiempo he ido trabajando y superando ese temor a todo. Con clases de teatro, de canto, de Taekwondo, en la Facultad de Comunicación. Y la escuela de la vida. He aprendido, he madurado, he mejorado, pero me falta mucho aún por mejorar.

Siempre soñé con ser competidora profesional de TaeKwonDo y llegar lejos. Mi sueño, era llegar a las Olimpiadas. Junto con conocer Londres, Inglaterra. Cuando me enteré que las Olimpiadas del 2012 serían ahí me dio casi un infarto, era cumplir mis dos sueños en uno solo. Esperaba al menos estar ahí, viendo las competencias, estar en la inauguración. ¡En Londres!! Pero tenía otras prioridades que cubrir y no tuve el dinero para ir. Y confieso que desde las Olimpiadas de Sydney siempre lloro en las inauguraciones. Pues me veo ahí.

A veces en algunos conciertos también me da sentimiento, pues me veo cantando en un escenario. Es otro de mis sueños. Y ser escritora, algún día espero escribir un libro que tenga tanto éxito que me conozcan en muchos países del mundo.

Aún espero cumplir mis sueños, nunca es tarde...

Lo demás de mí, bueno creo que habrá muchas cosas por ahí por allá que sé y se me escapan, otras que tal vez ni yo misma conozco aún. El proceso del tiempo y de la vida me llevará a descubrirlo. Mientras tanto... Ésta, es quien soy.



domingo, 24 de marzo de 2013

Mientras viva y cuando muera

A mi familia y amigos....

Comienzo explicando qué es esto y porqué lo escribo.

No es para asustarlos, para que me regañen, crean que estoy loca o se entristezcan. Es para prepararlos. Para prepararnos...

Esto que leerán aquí será como un testamento de lo que deseo que hagan si me voy un día, repentinamente, sin poder despedirme.

Quiero que sepan cómo viví mi vida, cómo era y cómo pensaba, que sepan lo que pienso, cómo pienso, lo que hago y lo que será. Para que ustedes mis amigos lo hagan también.

Después de vivir la pérdida de un ser querido tan cercano y ver como otros sorpresivamente se van sin importar la edad, he pensado mucho acerca de la muerte. ¡No hay que temerle! Hay que recibirla con aceptación, lo que debemos hacer mientras llega es valorar la vida, valorar y agradecer por cada segundo, cada momento bueno y malo, cada día de sol, de lluvia, de frío y de calor. Cuando lloramos, cuando reímos, cuando nos mojamos ¡o nos quemamos! Cuando sentimos, cada sensación de nuestro cuerpo, interna y externa, siéntela, vívela, disfrútala. ¡Estás vivo!

Debemos vivir, ¡vivir intensamente! Yo sé que hay personas que me dicen que estoy loca, que soy una intensa, que esto, que lo otro. ¿Pero saben qué? Tal vez esté disfrutándola más que ellos.

No te arrepientas de nada de lo que hagas, arrepiéntete de no haber intentado, de no haber dicho o hecho algo. Nunca tengas miedo, equivócate ¡no importa! pero aprende de tus errores. ¡Arriesga! Te sentirás más satisfecho contigo mismo.

¡Sonríe todo el tiempo! Las sonrisas no cuestan, sin embargo alegras tu día y el de los demás. ¡Ríe a carcajadas! que te duela el estómago, llora de risa. Es el mejor des estrés y es bueno para la salud. No te preocupes tanto, todo tiene solución, menos la muerte. Nunca te rindas, ¡jamás! Lucha por tus sueños, tus metas, mantén tus ideas firmes.

Llora. No retengas jamás tus sentimientos, siempre desahoga tus enojos, tristezas, alegrías, preocupaciones; siempre habrá alguien que estará ahí para escucharte, apoyarte y aconsejarte.

Escucha. Hazlo así como quisieras ser escuchado, sobre todo a los viejos, ¡no sabes cuánto conocimiento tienen por aportar!

Trata como quieres ser tratado. Sé cordial con todo aquél que te rodea, todos merecen respeto, incluso con los que crees que no lo merecen, hazlo por ti, para estar en paz contigo.

¡Que no te de pena nada! Baila, canta, grita; vístete y péinate como quieras, que no te importe lo que piensan los demás, siempre sé tú mismo, sé auténtico. No trates de agradar a los demás siendo alguien que no eres, cuando menos lo esperes alguien te conocerá profundamente y le encantará tu forma de ser (dicen que siempre hay un roto para un descosido tanto en amistades como en pareja).

No reprimas nada. ¡Date el gusto! Prueba todo lo que te guste y te llame la atención, eso sí, cuídate de los excesos si quieres una larga y sana vida. 'Come frutas y verduras'.

Ama intensamente. Entrégate completamente, confía, cree, pero siempre date a respetar, valorar y recuerda que deben darte tu lugar. Jamás dejes que te pisoteen, te maltraten ni te hagan ningún mal. Si te hace llorar más de lo que te hace reír, no vale la pena.

Perdona. Nunca guardes rencor a nadie por más mal que te haya hecho, pues prisionero serás por siempre en tu corazón si no perdonas. Eso sí, nunca vuelvas a cometer los mismos errores, ni vuelvas con la persona que tanto daño te hizo, perdona y deja ir. Sí, todos merecemos una segunda oportunidad, pero si a la segunda volvió a hacerlo, lo hará de nuevo a la tercera, cuarta, quinta, sexta... ¡piénsalo!

Disfruta a tu familia y seres queridos; a tus padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, amigos. No sabes cuando ya no podrás volver a estar con ellos.

Mantén contacto con tus amigos, aunque estén lejos y no los puedas ver, que sepan que no te olvidas de ellos; una llamada, un mensaje de vez en cuando para mantenerte al tanto de sus vidas, después no te quejes de que nadie se acuerda de ti.

Nunca te vayas a dormir enojado con alguien, de verdad ¡jamás! Tal vez no lo vuelvas a ver para perdonar o pedir perdón.

Recuerda que todo pasa por alguna razón. Dios sabe porqué hace las cosas de esa manera y en ese momento. A veces tiene que pasar lo peor para que venga lo mejor, pasamos por cosas difíciles que nos preparan para ser más fuertes y poder sobrepasar lo que viene, nos pone en caminos y con personas que necesitamos en ese momento y luego tal vez cambien o se vayan, porque ya cumplieron con su tarea en tu vida.

Seamos altruistas por favor, pensemos en los demás, pongámonos en sus zapatos. Ayudemos siempre en la cosa más mínima que podamos a nuestro prójimo. Sino somos nosotros ¿quién? ¡El mundo nos necesita!

Disfruten la naturaleza cada que puedan. Deténganse un momento todos los días para admirar la pequeña flor que acaba de nacer, el pájaro que canta todas las mañanas, la lluvia, como reverdece todo después de ella; los colores de cada atardecer, los rayos del sol, y si te levantas temprano no te malhumores, disfruta cada amanecer, las nubes del cielo, las estrellas y la luna. La luna... ¡Mi luna tan bella siempre! Todos los días nos regalan paisajes tan hermosos ¡y no los vemos! Abracen a los árboles como yo que hasta los beso. Hablen con las plantas, los animales, ¡ámenlos! Caminen descalzos de vez en cuando, sientan la tierra, el piso, el frío y el calor, el agua. Salgan a mojarse cuando llueva, jueguen como niños. ¡Nunca dejemos de ser niños!

Haz una lista de todo lo que deseas hacer antes de morir y trata de cumplirla, pasa el tiempo y vamos dejando atrás nuestros sueños. No esperes a que te digan que te quedan tantos días de vida, hoy estamos, mañana no sabemos.

Créanme que si lo analizamos y lo hacemos de verdad, no importa por lo que pasemos, no importa lo difícil que pueda ser la vida, nosotros la haremos más sencilla y la disfrutaremos al máximo hasta el final.

Ahora, si morimos, ¿porqué llorar? ¡porqué estar triste! Yo estoy comenzando a vivir mi vida así y lo haré hasta que me vaya, así cuando me vaya, podrán decir, ¡VIVIÓ! VIVIÓ AL MÁXIMO CADA DÍA Y SE FUE TRANQUILA...

Claro hay cosas que quiero hacer antes de irme como conocer Londres, y muchos lugares de Europa y el mundo. Quiero estar en unas Olimpiadas, en la inauguración y las competencias de Taekwondo. Quiero convertirme en escritora y escribir buenos libros. Quiero cantar y escribir mis propias letras y llegar a todas las personas posibles con mi música, compartir este sentimiento. Tener un compañero que camine junto a mí por la vida, formar un hogar propio. Quiero hacer que las personas me recuerden por mi alegría, mi energía y mis locuras, dejar huella en sus corazones.

El día que me vaya amigos, no vistan de negro ni un sólo día, vistan de mis colores favoritos, morado, azul rey o eléctrico, rojo. Que el lugar se llene de energía positiva, de risas y pláticas alegres, de anécdotas y recuerdos bellos. Que yo haya sido el pretexto perfecto para que todos se junten y muchos se vuelvan a ver después de un buen tiempo.

Mis cosas. ¿Qué hacer con mis cosas? Tengo una caja llena de diarios, hojas sueltas, libretas y cartas desde que tengo 9 años de edad, algunas cosas que escribí son ridículas y probablemente me avergonzaría que las leyeran, pero son mis memorias, mis recuerdos, mis pensamientos, mis experiencias. Se las heredo a mis hijos (si llego a tener) para que me conozcan mejor que nadie en el mundo. Sino tengo, a la persona más cercana a mí en ese momento, mi pareja, mi familia, mi mejor amiga(o). Familia. Mi ropa y mis cosas por favor no las guarden por aprehensión, ni peleen por ellas, dónenlas a quien más las necesite y quédense con las cosas que les sea útil. Recuérdenme con las fotos, cartas y diarios, mis películas, esas cosas que tanto me gustaban pero no le sirven a nadie más.  
Mi cuerpo. El cuerpo sólo es el recipiente del alma, cuando el alma se va el recipiente queda vacío, por lo que no sirve ya de mucho, no le lloren a mi cuerpo, ya no estoy ahí. Si mis órganos son funcionales y le ayudan a alguien que así sea. ¿Podrían incinerarme y liberar mis cenizas en una noche de Luna llena de otoño, a la cima de una montaña por favor? El otoño es mi estación del año favorita, y las lunas llenas de otoño son las más bellas. Ahí es a donde creo que iré cuando me vaya, a la Luna, finalmente iré a vivir a mi otro hogar.

Si me hacen una misa, ¿podrían tocar el Requiem de Mozart? ¡Eso sería genial!

Cuando vean la luna llena siempre recuérdenme, ahí estaré con ustedes viéndolos y sonriendo como siempre lo he hecho.

Recuerden sólo una cosa mis amigos, 'la materia no se crea ni se destruye sólo se transforma', y nosotros no morimos, sólo nos transformamos. La muerte no es el fin, sólo es un nuevo comienzo, es solo que vamos a una nueva dimensión donde no necesitamos más el cuerpo físico, sólo nuestra alma. Por eso cuídenla, porque es lo único que nos llevaremos a la otra vida. 


¡¡¡LOS QUIERO!!!

DESPIERTA

Toda la vida me han inculcado valores, ética, rectitud, educación, moral. Pero sobre todo lo que la sociedad me ha enseñado, es el camino que debo seguir, cómo debe ser mi vida, qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo...

Crecí con esa ideología, crecí creyendo fielmente en ello, y en qué así sería mi vida. Que estudiaría al menos hasta la Universidad, que no debía tener novio hasta mayor de edad, que hay ciertos trabajos que no son adecuados para una mujer, que debo atender la casa, a mi padre y al esposo. Que debo casarme después de graduarme, pero debo casarme joven pues si no sería una vieja solterona. Qué debo hacerlo a través de la iglesia. Casarse, debo casarme. ¿Porqué es tan importante eso para la sociedad? 

Que debo de ser femenina, debo vestirme de cierta forma, comportarme de cierta forma, hablar de cierta forma, que debo ser niña "bien". Que debo buscar desarrollarme en cierto ambiente, con cierta gente, mantener un "estatus social". ¿Porqué la distinción de clases sociales?

La realidad es que hasta hace muy poco me estaba dejando llevar como borrego por todo eso. A pesar de que no siempre estaba del todo conforme. Y la verdad es que siempre he sido diferente. Va pasando el tiempo, voy dándome cuenta de muchas cosas. He llegado a la conclusión de que para todo hay un balance. Y eso es lo que trato de hacer ahora, balancear mi vida.

Definitivamente debemos seguir ciertas normas y reglas para poder convivir en una sociedad. Sin embargo, hay reglas muy tontas que impone la sociedad que definitivamente pueden romperse, y hay maneras de lograr ser tú mismo sin afectar a los demás. Para eso se nos otorgó también libertad, y a veces no hacemos uso adecuado de ella. Unos se limitan y otros abusan. 

Siempre he creído que soy diferente, que soy única, que estoy loca. Sí. Mucha gente me lo ha dicho, y lo reitero. Pero, ¿quiénes están más locos?, los que hacen lo que desean y no lo que les dicen, o los que viven como zombies, estos muertos vivientes, que sólo caminan por caminar, hablan por hablar, no tienen motivación, no tienen una meta, no tienen vida propia. Títeres. Eso somos. Títeres de la sociedad, de la política, de la religión, de todos los que tienen poder y quieren controlarnos, ¡y no dejarnos DESPERTAR!



Yo decidí abrir los ojos un día. Y me di cuenta de lo maravillosa que es la vida. De lo poderosos que somos. De todo lo que somos capaces de hacer y no sabemos.

Alguien me enseñó. Que soy un ser ilimitado. Que tengo el poder de lograr lo que me proponga, que puedo ser lo que desee y llegar a donde desee. Que debo criticar todo lo que escuche y vea, debo hacerme preguntas de todo y buscar las respuestas. La verdad, es la que a ti te parezca como verdad. Así como lo que está bien y lo que está mal.

Yo decidí arriesgarme. Vivir cada minuto y segundo de mi vida como si fuera el último. Disfrutar de todo lo que me pasa. Lo bueno, lo malo. Doy gracias por lo que me sucede y lo que aún no. Creo en el destino. Creo que hay un Dios, un Creador, un Arquitecto de la creación. Pero también creo que la religión nos ha mentido, y de la misma manera nos ha querido controlar. Creo que hay posibilidades de otro origen, y creo que todo en esta vida es posible. Creo en extraterrestres, hadas y duendes, creo que existe la magia, la ciencia y que todos nosotros nacimos con poderes que no conocemos. Unos nacen con algunos más desarrollados, otros no. Pero todos podemos hacerlo.

Así que decidí vivir la vida creyendo en todo y en nada. Porque todo a la vez se cuestiona. Decidí vivir intensamente, no importa lo que digan los demás de mí.  No importa lo que piensen y cuánto me critiquen.

Me lancé a la aventura de la vida. Es corta. No se vive dos veces, cada momento, cada oportunidad hay que tomarla, si no arriesgo, ¡entonces que gano! Sé que a veces tengo mucho que perder, pero no me importa, voy a arriesgarme por lo que crea que puede valer la pena vivir. Porque la experiencia nadie te la va a quitar. No importa cuántos bienes tengas. No te quedes con nada porque nada te llevarás. Lo que sí tendrás hasta el último respiro, serán los recuerdos de una vida. Las risas, las lágrimas, el viento, la lluvia, el sol, la luna.... Cuántas estrellas conté. El ridículo que hice aquel día y como me reí junto a los demás de mis locuras. Cuando amé y me dejaron, cuando me amaron y lo dejé ir. Cuando viajé y conocí mil lugares. La música que me hizo llorar. Las películas que me hicieron reír. Los problemas que me hicieron madurar. Las lecciones que tuve que aprender. ¡Cuántos errores tuve que cometer! Los amigos que hice. Lo mucho que amé sin que me importara si me correspondían. Todo lo que le entregué al mundo y que a cambio recibí sonrisas, agradecimientos, a veces el simple placer de saber que lo había hecho. Eso, eso es lo que me quiero llevar conmigo... Esos recuerdos, esa vida.

Se vale soñar, se vale creer, se vale luchar, todo se puede lograr. Sólo es cuestión de creer en nosotros mismos, proponernos las cosas, ser firme en nuestras decisiones, ser constantes y tercos y no dejar que nadie nos diga que no podemos, que nada nos detenga.

Que nadie te diga lo que mereces y lo que no, lo que puedes y no puedes tener, o hacer. Somos capaces de crear nuestro propio destino. Somos capaces de crear las cosas más maravillosas, sólo hay que creerlo. Cambia tu forma de pensar, de vivir, de ver las cosas!!



¡¡¡¡ DESPIERTA !!!!