martes, 29 de marzo de 2016

¿Cómo saber que estás con la persona correcta?

No solo es quien te hace feliz, es con quien sabes que eres libre y no tienes que utilizar la frase: "quiero estar soltero(a) para ser libre".


¿En qué momento la relación de pareja se convirtió en un candado o una esclavitud? Siglos atrás no te dejaban decidir, te casaban por conveniencia, lo que sea mejor para la familia. Hoy (en casi todos los casos) nadie te obliga a estar con quien estás, tú decides eso, ¿porqué entonces si tienes libertad de decidir con quien estar, hacerlo con quien te sientes atado(a)?

Somos individuos libres y nadie tiene derecho a privarte de tu libertad de ser, pensar, decidir y hacer.

El día que encuentres a una persona con quien puedas ser tú mismo sin restricciones, con quien puedas decir lo que piensas sin miedo, con quien puedas hacer lo que te gusta sin que te lo prohiban, cuando puedas compartir tu vida con la pareja sin tener que cambiarla, cuando puedas salir con tus amigos, ir de viaje, tomar clases, trabajar o cualquier cosa sin reproches de tu pareja, entonces sabrás que estás con la persona correcta.

Una persona que respeta quien eres, que te valora por lo que eres, que te admira por tus logros, que te ama por como eres, que no espera cambiarte, sino ama tus defectos tanto como tus virtudes.

Y si eres de las personas que por el contrario no saben dar libertad, piensa bien en lo que haces. No somos dueños de nadie, no podemos poseer a una persona, no podemos prohibirles nada, debemos aprender a confiar, amar y dejar ser. Si no te gusta como es, su ritmo de vida o lo que hace, entonces no es la persona indicada para ti, no puedes cambiar a una persona para que sea lo que tú deseas o esperas.

Cuando aprendemos a amarnos y respetarnos a nosotros mismos, a disfrutar y entender lo que la libertad implica, ese día encontraremos ese amor maravilloso, mágico y que parecía imposible. Porque nada es imposible, todo lo que deseas lo puedes obtener.

Las cosas son fáciles, las personas somos las difíciles, complicamos las cosas al intentar reparar lo irreparable, intentar solucionar con métodos que sabemos no son la real solución, pero tememos hacer lo correcto.

No te permitas sufrir, nadie tiene la necesidad de hacerlo ni merece hacerlo, todos tenemos derecho a la felicidad, pero la felicidad está en ti, no en los demás. Esa es la clave, que la persona que llegue a tu vida comparta tu felicidad y la haga más grande, pero jamás lo contrario.